¿Estás pensando en adoptar un cachorrito? ¿Ya te imaginas paseando con tu compañero canino apaciblemente cada mañana? Ese momento puede ser un rato muy agradable, de relax y desconexión, a no ser…. que se cruce otro perro y el tuyo empiece a ladrarle ofuscadamente y sin control tirando de la correa con desesperación. O imagina que te paras a saludar a una amiga que va con su hijo y ¡zas! bocado al pequeñín que se acercó a saludarle.
Por casos como estos es tan importante enseñar a tu pequeño cachorro a relacionarse con sus iguales y con otras especies, otorgándole la oportunidad de que se convierta en un compañero feliz y equilibrado.
¿Cuándo empezar el proceso de socialización?
Pues desde muy pequeño. A partir de la tercera o cuarta semana de vida empiezan a mostrar curiosidad por otros seres vivos, y podemos empezar ya a jugar con ellos. Pero el proceso en serio no debe empezar antes de su octava semana, ya que una mala experiencia antes de esa edad podría marcarles de por vida. Y el aprendizaje termina alrededor de los cuatro meses de edad.
Algunos consejos para comenzar la socialización
Lo primero es transmitirles tranquilidad y seguridad, no seas brusco con él. Puedes empezar por buscarle un compañero de juegos temprano, pero asegúrate de que éste tenga 8 semanas o más y que esté debidamente vacunado. Además procura que se vean en interior, ya que hasta que tu pequeño no tenga todas las vacunas recomendadas, es mejor que no vaya a la calle a relacionarse con otros canes.
En nuestro Hospital Veterinario Mijas Pueblo, recomendamos un calendario de vacunas que puedes consultar en este post de Instagram.
Cuando ya podáis salir juntos a pasear, si el cachorro se pone muy nervioso al ver a otros perros, tendrás que esperar a que se relaje y deje de tirar de la correa antes de permitirle acercarse. Así aprenderá que hasta que no se tranquilice, no podrá interactuar con otros perros.
Y ¡muy importante! Debes permanecer atento en todo momento a todos los encuentros que tenga tu cachorro e intervenir si lo ves necesario. Puede suceder que uno de los dos perritos quiera cortar el juego y el otro no le deje, lo que puede traducirse en una experiencia negativa. O que se sobreexciten y se produzca algún conflicto. Permanece vigilante y actúa si es oportuno.
Inhibir la mordida
Que tu cachorro aprenda a inhibir la mordida es muy importante en su proceso de socialización, ya que podrá regular la fuerza de su mandíbula y no hacer daño cuando juegue con otros perros y/o humanos.
¿Cómo enseñarlo? Precisamente, jugando con otros cachorritos, ya que entre ellos aprenderán que mordiendo fuerte, el otro se queja y deja el juego. Nosotros debemos seguir este mismo patrón para hacerle entender que nos han hecho daño. Nos quejamos con un “¡Ay!” o un “No” y dejamos de jugar con él, ignorándolo durante un par de minutos. Luego volvemos a retomar el juego. Y repetimos la operación. Poco a poco entenderá que con los humanos tiene que morder más suave porque somos más sensibles al dolor. Eso sí, debes empezar estos juegos siendo el cachorro muy pequeño (a las tres o cuatro semanas de vida).
¿Se puede socializar a un perro adulto?
Un perro adulto no socializado tendrá tendencia a ladrar a otros perros y/o personas o a huir de ellos.
Es una tarea un tanto compleja y la paciencia será clave. Contar con la ayuda de un etólogo (especialistas en comportamiento animal) es recomendable en estos casos. Si no podemos acudir a ellos, utilizaremos el refuerzo positivo, premiando las situaciones donde se encuentre receptivo.
Pero te decimos ya que es más difícil lograr resultados satisfactorios en adultos, ya que las conductas están muy arraigadas. Y, por supuesto, no debemos forzar las relaciones con otros animales si vemos que nuestra mascota sufre o se pone agresiva
En conclusión, ayudar a tu perro a educarse en las relaciones con otros amigos perrunos hará que vuestros paseos sean uno de los mejores momentos del día, en el que podréis disfrutar uno del otro haciendo vuestra relación mucho más fuerte y feliz.