La epilepsia es un trastorno neurológico crónico, que puede afectar al animal en diferentes momentos y fases de su vida. La epilepsia en perros no es un trastorno común, pero es fácilmente identificable. Suele estar originada por alteraciones en la actividad eléctrica de su cerebro.
Aunque no se ha profundizado en el estudio de esta enfermedad en los caninos, se cree que puede deberse a un desequilibrio entre la excitación y la inhibición neuronal.
Causas de la epilepsia en perros y diferencias con estado convulsivo
Cuando un animal tiene convulsiones puede ser por diferentes orígenes. La epilepsia es solo uno de ellos.
- Traumatismos
- Infecciones (meningitis, encefalitis)
- Tumores
- Enfermedades hepáticas y/o renales
- Epilepsia
Síntomas de la epilepsia en perros
Por lo general, la epilepsia en perros se produce en cuatro fases distintas:
- Fase prodrómica: los animales afectados se muestran inquietos antes de la crisis.
- Aura: muestran cambios de comportamiento entre los que se incluye agresividad y miedo
- Fase ictal: en esta fase dan comienzo las convulsiones en el perro. El ataque puede durar desde segundos hasta varios minutos. A veces no hay convulsiones como tales, sino desvanecimientos.
- Fase posictal: tras las convulsiones, el perro debe recuperarse. Entonces muestra síntomas como la descoordinación, desorientación o nerviosismo. Otros síntomas pueden ser una salivación excesiva, alucinaciones, perdida de conciencia o caídas.
Cómo diagnosticar a un perro con epilepsia
No existe un diagnóstico de epilepsia como enfermedad, sino que se descartan las demás causas que llevan a animal a un estado convulsivo.
Se hará una inspección general, y se realizarán análisis de sangre para descartar infecciones y problemas orgánicos, ecocardiografías para descartar desvanecimientos por problemas cardiacos, resonancias magnéticas para detectar tumores o traumatismos, etc.
Tratamiento y prevención de la epilepsia en perros
Actualmente no existe una cura para la epilepsia canina y, lamentablemente, no se puede prevenir. El tratamiento consiste en paliar los síntomas para tratar de reducir la frecuencia de los ataques. Es importante que los perros que padecen esta enfermedad reciban un seguimiento periódico de sus veterinarios para controlar las dosis de los medicamentos y efectividad de los mismos, ya que el tratamiento debe ser personalizado al estado epiléptico del animal y puede cambiar en el tiempo.
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